La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las

La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las
En 1953, Howard R. Bowen definió a la Responsabilidad Social del Empresario como “…las obligaciones de los empresarios para seguir políticas, tomar decisiones o adoptar líneas de acción deseables en términos de los objetivos y valores de la sociedad”. ETICA Y SUSTENTABILIDAD: VALORES BASICOS PARA LAS EMPRESAS

22 de febrero de 2012

Las empresas de beneficios (B Corporations): una nueva Era

Recientemente tuve conocimiento de la creación de un nuevo tipo de organizaciones, las llamadas en español empresas de beneficios (B Corporations en inglés), las cuales permiten a los inversionistas y hombres de negocios resolver los problemas sociales a través de la misma empresa.

Esta sociedad legalmente creada, está obligada a:
1) tener un objeto social para crear un impacto significativo positivo en la sociedad y el medio ambiente.
2) ampliar el deber fiduciario para exigir la consideración de los intereses de los trabajadores, la comunidad y el medio ambiente.
3) publicar un informe anual sobre su desempeño social y ambiental utilizando un estandar completo y creíble, realizado por una tercera parte independiente y transparente.

Su existencia que por ahora es reconocida legalmente por unos cuantos estados de la Unión Americana, viene a resultar tal vez filosóficamente hablando, una “vuelta de tuerca”, a como debieron hacer sido vistas y creadas las primeras empresas en su concepción social, allá a mediados del siglo XVIII.

Si bien la Revolución Industrial que se iniciara en el siglo antes mencionado, es reconocida, recordada e inclusive venerada por la tremenda revolución tecnológica que se manifestó y que sigue siendo en alguna forma vigente hasta ahora en el actual segundo milenio; se manifestó en sus comienzos cuando estaba en su pleno auge el mercantilismo, además de un individualismo a ultranza. Estas corrientes de pensamiento permitieron y provocaron la búsqueda de la ganancia basada tanto en la avaricia y codicia en forma individual, sin considerar su influencia ni su eventual repartición de la riqueza obtenida en la sociedad en general, ni mucho menos en su impacto ambiental, posiblemente pensando que el medio ambiente es un “regalo de Dios” a su “máxima creación”, el ser humano como individuo.

Dichas mentalidades se extendieron, profundizaron y especializaron a lo largo de los siglos XIX y XX; llegándose a pensar que eran normales, incluso sabias, y que simplemente eran producto de la propia evolución tanto social como económica.

De ellas posiblemente surgieron la filantropía y el altruismo empresarial, “nobles actitudes” de aquellos individuos que habiendo obtenido considerables ganancias “Gracias” a su avaricia y su codicia, “comparten o regalan”, una “partecita” de su ganancia, sin pensar que su riqueza fue obtenida tanto por el trabajo y esfuerzo del personal de su empresa, y por la compra que hizo la sociedad (llamada ahora genéricamente mercado), de los productos o servicios en ella elaborados.

En otras palabras, por muy sabio que fuera el empresario como emprendedor en la realización de algún negocio, este último no podría darse sin la concurrencia de personas, ya sea como empleados y trabajadores y por supuesto de los consumidores, eslabón final de la cadena en la obtención las ganancias pretendidas.

Dicho empresario pensaba en un negocio buscando solamente en las utilidades para él y para sus socios accionistas, dejando a la sociedad y a la naturaleza, proveedora esta última de las materias primas, como insumos para la generación de la riqueza pretendida.

Con la creación de estas nuevas organizaciones llamadas empresas de beneficios (B Corporations), tal vez estemos en el umbral de una nueva era, en las que las “B Corporations”, son la materialización de una mentalidad empresarial que tiene una real y verdadera responsabilidad social en el más amplio sentido del término, con una conciencia sustentable.

Pecando de irónico, suena demasiado bien e inclusive algo utópico, pensar en la creación de empresas que buscan tener un impacto positivo en la sociedad y pretender resolver los problemas sociales, y utilizar las ganancias como un medio para ese fin de lograr ese impacto positivo.

Y dicha idea que parece utópica, ya está autorizada y legislada en California, Nueva Jersey, Virginia y Hawai, Vermont y Maryland, Michigan, Pensilvania, Carolina del Norte, Illinois y el Distrito de Columbia, del 2010 a la fecha.

Este nuevo modelo, fue propuesto originalmente por el American Sustainable Business Council y B Lab. Más información al detalle se encuentra en: http://www.benefitcorp.net/

Con todo lo dicho hasta ahora, es posible repito, que nos encontremos entrando en una nueva era.

Seguiremos platicando …

14 de febrero de 2012

¿Los mismos viejos problemas con los mismos viejos remedios?

La empresa: como ente integrador del trabajo y del capital, se ha convertido en uno de los principales mecanismos para resolver la crisis financiera; sin embargo.

Los muy recientes cambios a la legislación laboral en España, así como los realizados en el mismo tema en otros países europeos durante el pasado 2011, han sido y son causa del malestar de diversas organizaciones sindicales y de la sociedad en general, lo cual se ha visto a través de diversas manifestaciones muchas de ellas violentas, que no están de acuerdo en las modificaciones realizadas.

Todos estos cambios se justifican como los mecanismos necesarios para reducir el desempleo, y al mismo tiempo para también ayudar a paliar en alguna forma la enorme crisis financiera que se está viviendo en la actualidad.

Estas modificaciones en las legislaciones laborales tienen como centro a la empresa, convirtiéndola de nuevo en la arena de la otrora llamada lucha de los factores de la producción: “tierra, trabajo y capital”. Lucha que comenzara en el siglo XIX, que pusiera como centro de atención Carlos Marx con su filosofía.

Así, es lamentable que a más de ciento cincuenta años de aquellas grandes manifestaciones de obreros y del pueblo en general en diversas ciudades europeas, estemos viendo hoy en pleno siglo XXI que la gente sale a las calles a protestar y reclamar los mismos problemas de aquel entonces.

Si dice con o sin razón, que los gobernantes están a merced de los grandes grupos que conforman lo que podría denominarse una plutocracia; los integrantes del movimiento “Ocupa Wall Street”, señalan que la mayor parte de la riqueza generada en el país se la lleva el uno por ciento, esos grandes señores de la riqueza.

Las mismas frases y expresiones que se encuentran en los libros de historia que hablan de lo convulsionado que fue ese decimonónico siglo y que se mantienen todavía vigentes.

Y si bien hasta cierto punto es comprensible lo sucedido en aquel entonces puesto que se presentaba por primera vez en la historia este ente llamado empresa, y que por lo tanto no se sabía qué hacer y cómo actuar puesto que no había antecedentes ni precedentes; en la actualidad, con todo el conocimiento y experiencia adquirida se quieren seguir resolviendo los problemas con las mismas fórmulas de antaño.

De nada sirven los grandes avances tecnológicos como el internet el Ipad y demás, si se siguen teniendo los mismos problemas y se continúan tratando de resolver como se hicieron hace más de un siglo.

La búsqueda de una riqueza sin restricciones y sin valores, que dejó a la ética y la responsabilidad social en manos del mercado, es seguramente una de las causas principales del gran problema económico-financiero actual, y que una de las formas de resolverse busca hacerlo por medio de someter y sacrificar a uno de los llamados factores de producción; el trabajo, sin alterar al capital.

Hoy más que nunca, aunque no se diga de forma evidente y clara, es necesaria en su máxima expresión la responsabilidad social de los gobernantes, que actúen como verdaderos políticos que buscan el bien común de la sociedad, y no solamente el beneficio de una parte de dicha sociedad.

Es necesario a veces decir lo obvio, y en este caso es considerar que este grave problema financiero consiste en una falta de generación de riqueza, y esta falta será resuelta única y exclusivamente por ese ente llamado empresa, puesto que es la única entidad capaz de generarla.

Y en esa empresa confluyen tanto los factores de la producción como el gobierno, y los gobernantes como los dueños de los grandes capitales saben (aunque sea obvio de nuevo), que esa riqueza será generada por el factor trabajo; por lo tanto, no se trata nada más de quitar y restringir; se trata de crear un modelo socio-económico donde los sacrificios, si son necesarios, sean compartidos en la misma proporción.

Es evidente que la solución no es fácil pero tampoco es imposible, los problemas en Europa y en la llamada “Primavera Arabe”, no pueden ser resueltos de manera drástica y definitiva siguiendo los modelos de hace dos siglos.

Y en este nuevo modelo, la Etica y la Responsabilidad Social, así con mayúsculas, tienen que ser los factores básicos, ya que, aunque resulte de nuevo obvio, estamos hablando finalmente de seres humanos.

Seguiremos platicando ….

1 de febrero de 2012

¿Dónde se encuentra la Responsabilidad Social dentro de la Empresa?

Por alguna razón que todavía no puedo entender, en términos generales las lecturas sobre responsabilidad social a las que he tenido acceso, hablan sobre el entorno de la empresa y cuando mucho de su relación con la sustentabilidad, pero muy poco se habla sobre lo que considero su principal stakeholder interno; su personal.

A poco más de diez años de haberme topado por primera vez con la Responsabilidad Social, fue en forma accidental dentro de una búsqueda de material sobre el tema de relaciones laborales; específicamente, la relación empresa-sindicato.

Relación que prácticamente se iniciara en la Revolución Industrial, allá a mediados del siglo XVIII, en los mil setecientos y tantos; desde entonces se inició una animadversión entre la ya existente clase rica, y la entonces naciente clase obrera hablando en términos marxistas.

Ahora, a poco más de doscientos años del nacimiento de ese trascendental fenómeno socioeconómico (la empresa), la relación empresa-sindicato; en pleno siglo XXI, todavía persiste dicho antagonismo en el cual la responsabilidad social ahora promovida por muchos, no percibo sea considerada plena y abiertamente por quienes se dicen expertos en el tema.

Es necesario considerar que la llamada empresa, si bien nació como un centro productivo con fines netamente económicos (obtención de ganancias solo para los dueños), se ha convertido prácticamente desde su nacimiento en un ente social que si bien tiene propósitos pecuniarios, para la obtención de ellos y su repartición, el ser humano en forma individual grupal es el centro gravitacional de todo lo que gira en torno a esta denominada empresa.

No es necesario profundizar mucho para darse cuenta que en la actual crisis económica-financiera, el antagonismo entre estas dos entidades persiste de manera clara y sostenida, los llamados “Indignados” y los integrantes del grupo “Ocupa Wall Street”, proclaman las mismas consignas sindicales que se vienen haciendo desde inicios del siglo XIX.

¿Será posible que a pesar de contar ahora con internet, facebook y toda la serie de aparatos como el Ipad el Iphone y muchas cosas más, a nivel social se sigan discutiendo los mismos conceptos de hace doscientos años? ¿Dónde está, si existe, la Responsabilidad Social en estos nuevos tiempos?

¿Con qué actitud se están manejando los grupos empresariales en relación a su personal en esta profunda crisis? ¿Lo están haciendo igual a como se comportaron en la gran depresión de los años veinte del siglo pasado?

Los sindicatos también: ¿ya comprenden mejor su papel para con sus agremiados en el amplio sentido del término? El líder sindical Lech Walesa puede decirse que tal vez sea uno de los pocos sindicalistas que realmente actuó con “altura de miras”.

¿Esa que fuera la naciente actitud hostil entre empresa-sindicato hace más de doscientos años, sigue siendo la misma ahora en pleno 2012? Si esto es así: ¿Entonces la empresa es un centro productivo que es en el fondo un campo de lucha permanente entre los dueños/directos con su sindicato/empleados?

¿Es en estas arenas de lucha interna que es un centro productivo llamado empresa donde se habla de “Responsabilidad Social”?

Siguiendo con las preguntas: ¿Será posible considerar que en un futuro no muy lejano empresa-sindicato consideren realmente su responsabilidad social entre ellos, y más aún, su responsabilidad social conjunta para la sociedad en la que viven?

Se habla ahora mucho de sustentabilidad pensando en términos ecológicos y eso es bueno definitivamente, pero como sociedad en términos de nuestra relación con “el otro”, de que somos interdependientes y que somos corresponsables entre sí en términos económicos, ¿cuándo lo empezaremos a ver de manera práctica?

No quisiera pensar que la respuesta a la última pregunta planteada sea una utopía.

Seguiremos platicando ….